¿La personalidad influye en el estilo de liderazgo?

Más allá de si una persona es participativa o autoritaria, su personalidad influye en la manera como lidera a su equipo. Desde mi experiencia, he descubierto que la personalidad influye en el modo como una persona lidera (para bien o para mal). Y en general, ese estilo de liderazgo transforma a ese equipo y lo modela según su líder.

Desde una perspectiva de la personalidad, considero que existen tres tipos de liderazgo: el del control, el de las relaciones y el de los objetivos. En sí mismo, ninguno como tal es mejor que otro.

Los líderes que se centran en el control suelen tener claro qué hay que hacer en todo momento y así lo manifiestan. Son líderes intensos, generan energía, deciden rápido si ven el camino y no se retractan de él. Son buenos para dar seguimiento y quieren tener el control del proceso. Por eso a veces se les dificulta delegar y adaptarse a los cambios. Les gusta estar informados de todo y estar “en la jugada”. Sus equipos suelen tener claridad de cómo piensa su líder y qué espera de ellos.

Los líderes de las relaciones, en cambio, se centran en las personas. Son muy buenos para escuchar a su equipo y dejan que tomen decisiones por su cuenta. Les gusta crear un buen ambiente y que las personas se sientan cómodas. De hecho, son líderes accesibles. Delegan con facilidad, pero para su equipo no siempre es evidente qué hay que hacer, cuáles son los siguientes pasos. Y en algunos casos, cambian de opinión sin que los demás entiendan por qué.

Los líderes que se centran en los objetivos, por último, son buenos planificadores y se centran en metas concretas. Su equipo sabe a dónde se dirigen, aunque no siempre cómo conseguirlo. Tienen facilidad para proyectar metas de cara al futuro y concretarlas, pero les cuesta el seguimiento, la cercanía con las personas y transmitirles pasión por los objetivos. Todo es muy cerebral.

Identificar el estilo propio es importante para definir una ruta de crecimiento.