Eneagrama: no es cuestión de verdad, sino de utilidad

El Eneagrama, como otras herramientas de personalidad, busca ayudarnos a entendernos y comprender a los demás. Por eso no se trata de si es verdad o no, se trata de si es útil, y el Eneagrama lo es. Si lo usamos como “la verdad”, iremos etiquetando a los demás y encasillándolos en un tipo que nosotros (arbitrariamente o no) hemos asignado.

Sin embargo, una persona siempre es más que una tipología. Vaya esto por adelantado. La finalidad de esta herramienta no es la identificación de un tipo, ese solo es uno de los primeros pasos. Lo más importante es que nos ayuda a cambiar, a ser más flexibles, a cuestionarnos desde nuestro interior, a aprender de otros puntos de vista. He ahí su gran riqueza.

El Eneagrama es una herramienta útil, nunca mágica, para ayudarnos a salir de nuestros círculos viciosos en las relaciones y nuestros bucles en el crecimiento personal. En eso, el Eneagrama es maravilloso: nos da pistas para avanzar en la línea de la comprensión personal, de la empatía y de la búsqueda de soluciones alternativas.

El Eneagrama es más que un juego de entretenimiento para aprender algo sobre sí mismos o sobre otros, es ante todo un instrumento de cambio y conversión en el sentido más humano y profundo.

Y aunque pasen los años, descubriremos que nos puede aportar nuevas maneras de crecer personalmente y enriquecer nuestras relaciones.