Las personas mentales y el centro de la cabeza

A las personas cuya energía está centrada en la cabeza suele importarles mucho la seguridad a su alrededor, de hecho es su necesidad básica. Pueden lucir distantes, porque protegen mucho su espacio físico y psicológico y necesitan recargarse con espacios de soledad.

Son personas cerebrales y por ello reaccionan lentamente: primero piensan y luego actúan. Estas reacciones secundarias llaman la atención a los demás, pues parecen hasta distraídos. Pero para ellos es muy importante no pasar por tontos, pensar todo detenidamente antes de expresar una opinión.

Son muy buenos para proyectar y planificar, todo lo relacionado con procesos mentales complejos les atrae, pero les cuesta pasar a la acción y, sobre todo, interactuar con los demás de manera fluída. Eso mismo hace que den mucho espacio a los demás.

El tema afectivo no es cómodo para ellos y los sentimientos lo consideran un tema muy íntimo. Esconden sus sentimientos detrás de una apariencia de frialdad y objetividad. Sin embargo, su emoción más recurrente es el miedo, que perciben con insistencia hasta el punto de imaginar situaciones caóticas.

Son lentos para tomar decisiones, pues quieren sopesar todas las consecuencias y le dan mil vueltas a cada decisión. Ante el conflicto, se distancian para sopesar los distintos enfoques. Si se les presiona, se enojan o bloquean. Valoran un liderazgo visonario que haga planes con claridad mental y teórica.