¿Nacemos con una personalidad o somos el resultado de nuestro ambiente?

Este es uno de los grandes debates en la psicología moderna. Herencia o medio ambiente, ¿qué es lo que determina la personalidad?

Si bien no pretendo profundizar en grandes debates académicos, partiré de mi experiencia personal con el Eneagrama a lo largo de tres décadas y con dos hijos. En los primeros meses de mi experiencia con ellos, me di cuenta de su personalidad con claridad absoluta. Eso fue confirmado por ellos muchos años más tarde cuando les compartí esta herramienta.

Por lo tanto, mi planteamiento es que nacemos con una clara personalidad y que nuestro ambiente puede ayudarnos a que esa personalidad sea flexible y rica o que sea obtusa y cerrada. Esa es parte de la responsabilidad de los padres con una herramienta como el Eneagrama: ayudar a sus hijos a entenderse, aceptarse y desafiarse a crecer.

Toda madre o padre sabe que lo que funciona con un hijo no funciona con otro. A uno hay que empujarlo y a otro frenarlo, a uno hay que darle espacio y a otro abrazarlo constantemente. Si, además, entendemos su personalidad, con el Eneagrama podemos ayudarle a que no se enfrasque en sus patrones cíclicos, sino ofrecerle caminos alternativos.

El Eneagrama ha sido una herramienta maravillosa en la educación de nuestros hijos. Nos ayudó a entenderlos, a desafiarlos, a corregirlos. Y a cada uno según su eneatipo.